Los castigos que les imponemos a nuestros niños deben ser educativos.Pero, ¿Cómo podemos hacer esto? ..
Seguro te has preguntado si cuando castigas a tu niño estás haciendo lo correcto, si el castigo que le indicas tiene sentido, si de él aprenderá algo o tan solo se enojará y juntará mayor resentimiento para la próxima travesura que haga.
Estas preguntas son complejas porque se trata de algo polémico: de utilizar el sistema de castigo como una enseñanza o como un freno para ciertos malos comportamientos. Y a la vez de que no la pasen mal pero que definitivamente aprendan algo de ello.
Pautas para un castigo que sirva
1- Hacer entender qué es lo que está mal
Esto es fundamental a la hora de pensar en la educación de nuestros niños. Si ellos cometen alguna falta o algún error debemos decírselo, debemos marcárselo, y debemos escuchar qué tiene para decir al respecto.
Poder comunicarse con nuestros hijos y poder ser sinceros ayuda a que el entendimiento sea más verdadero y profundo y que quizás no haga falta aplicar un castigo.
2- Ponerse de acuerdo
Los acuerdos son aquellos que nos acordamos, aquellos que registramos y que coincidimos para decidir. Es por esto que si un niño hace algo no debido, podemos marcarlo y recordarle que en el acuerdo eso no estaba contemplado.
Este acuerdo sirve para que se tomen en serio las situaciones y se hagan responsables de ser necesario para insertarse en el mundo real donde las acciones tienen sus consecuencias.
3- Que sea con aprendizaje
El castigo puede ser educativo siempre y cuando no implique un dolor o un daño para el niño que lo tiene que cumplir. Su real objetivo tiene que ser enseñarle al individuo algo productivo para su vida.
Además tiene que hacerlo reflexionar sobre el daño que él pudo haber causado o causó haciendo lo que hizo. Y también sobre cómo poder evitarlo o cómo poder solucionarlo una vez hecho.
4- Que se relacione con la conducta
Esto también es importante para darle claridad al hecho negativo que hizo el niño. Por ejemplo si en pequeño no quiere comer las verduras que tiene que comer el castigo implementado deberá tener que ver con otra comida como por ejemplo el postre.
Si la conducta se relaciona al castigo será más fácil comprender y dará tiempo a que se pueda resolver con mayor rapidez.
5- Ser comprensivos
Para que el castigo tenga peso y el niño lo pueda tomar en serio debemos tomarnos el trabajo de escucharlos, de percibirlos y de intentar comprender por qué hicieron lo que hicieron.
Esto le dará contención y apertura al asunto y el niño se sentirá tranquilo a pesar de tal vez ser castigado luego de eso. La comprensión genera confianza y contención que puede ser útil para una próxima situación potencialmente complicada.
6- Reforzar lo positivo
Algo que puede ser muy útil también es demostrarle que luego de ese cumplimiento del castigo la realidad puede ser muy buena, incluso mucho más que antes.
De esta forma también podrá ver el contraste con mayor claridad para que esto refuerce el momento que esté por cometer otro conflicto y que no lo haga para tan solo disfrutar de los buenos momentos.
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